Antes que nada, para tener una profesión, debemos elegirla, estudiarla, o lo que es lo mismo formarnos. En este post te hablamos de las aptitudes y habilidades que deberías tener, o aprender, para obtener el título auxiliar de geriatría y convertirte en un profesional gerocultor.
Título auxiliar de geriatría
Los georcultores o auxiliares de geriatría son los profesionales que se encargan de atender las necesidades básicas de las personas de la tercera edad. Es decir, los que proporcionan que requieren de una especial ayuda.
Para ser auxiliar de geriatría no requieres de muchos requisitos o experiencia previa. Además, es un empleo con muchas salidas laborales debido a la gran oferta de este tipo de puestos de empleo. Puedes ser apto para el puesto fácilmente obteniendo un título auxiliar de geriatría. Este es accesible para todos los bolsillos y el curso para conseguirlo es bastante corto y asumible.
Aptitudes para ser Auxiliar de Geriatría
A continuación te contamos cuáles son aptitudes que aprenderás en el curso de auxiliar de geriatría para obtener la certificación que te abra las puertas a un nuevo puesto de trabajo.
Rasgos de la personalidad de un gerocultor
La persona que va a trabajar con personas mayores tiene que gustarle su trabajo y de alguna forma tener esa vocación de manera innata. Aunque basta con tener predisposición y motivación por ayudar a las personas mayores que requieren de asistencia de profesionales para tener una mejor calidad de vida.
Será muy interesante, además, que los rasgos de personalidad del auxiliar de geriatría estén repletos de cualidades como la bondad, la paciencia, la amabilidad, la atención, el carisma y la empatía.
Fuerza física y mental
Por otro lado, para ser un auténtico profesional en este sector hay que entender que es más complicado que otros trabajo. Y que requiere de mucha fuerza tanto física, como física y mental. Aunque te adelantamos que no es nada que no puedas conseguir con voluntad y empeño.
Fuerza física porque no dejas de trabajar para asistir a personas que tienen dificultades de movilidad, y tienes que ayudarles en ese sentido. Y mental por la carga psicológica que supone este tipo de puestos. Al final, no dejas de trabajar con personas y tener un trato muy cercano y casi familiar.
Paciencia, la madre de la ciencia
Recuerda que si obtienes el título auxiliar de geriatría vas a trabajar cuidando de personas, por lo que debes ser paciente.
Hay que tener en cuenta que en muchas ocasiones las personas mayores son personas nerviosa, olvidadizas, algo maniáticas… Algo totalmente normal a su edad, y el papel del gerocultor en este caso es el de saber gestionar y canalizar sus emociones para que estén lo más a gusto y tranquilas posible.
Pero no solo eso. También es importante ser empáticos. Ponemos en su lugar de vez en cuando para entender cómo se sienten. Y entender determinados comportamientos o actitudes.
Fuerza de voluntad
Esta labor requiere de mucha fuerza de voluntad. Estar muy fuerte emocionalmente y ponernos de alguna manera una barrera de protección para no permitir que nuestras emociones ante algunos sucesos o situaciones se debiliten. Para mostrar entereza cuando alguno de los pacientes se encuentren en estado grave. Y para poder estar a su lado cuidándole y dándole la mejor atención y cuidados hasta el último momento.
Amor por tu trabajo
Durante el curso para adquirir el título auxiliar de geriatría aprenderás que trabajar con alegría, tacto y pasión es la mejor herramienta para cuidar de personas. Sé respetuoso, trata con cariño y dales el trato que te gustaría que le dieran a tus propios abuelos y familiares.
Conversa con ellos, dale un mimo cuando veas que se sienten nerviosos o están mal. De lo que se trata al fin y al cabo es de que el paciente se sienta en un lugar tranquilo, de absoluta confianza, y rodeado de profesionales que velan por su bienestar y salud.
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